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hermann hesse
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L
MARINA
ABRAMOVIC
bajo la rueda de
a segunda novela de Hermann
Hesse (Alemania, 1877-1962)
cuenta las vicisitudes por las que
pasa el joven Hans Giebenrath.
Hans abandona su pueblo (al que
critica por su falta de ambición), para in-
gresar en el seminario. Hans es inteli-
gente e imaginativo una pieza difícil de
encajar en el maquinal engranaje edu-
cativo.
En el seminario entabla amistad con
Heilner su único amigo que tendrá una
influencia decisiva sobre sus actua-
ciones posteriores. Heilner le enseña
aspectos de la vida desconocidos por
Hans hasta entonces.
Hans medita sobre su vida, sus días de pesca en
la soledad de la naturaleza, su interés por la escrit-
ura. El suicidio de un compañero de habitación es
el detonante para abandonar el seminario y volver
a su pueblo donde le espera la vida mediocre que
nunca quiso.
Trabaja de aprendriz de mecánico y conoce a
Emma de quien se enamora, poco después Emma
abandona el pueblo y Hans prueba la amargura de
un nuevo fracaso esta vez sentimental.
“La novela desnuda a un sistema educativo
que no admite fracasados y a un modelo social
donde se buscan operarios eficientes que en-
gorden las cifras macroeconómicas de un país,
devastando a su paso la formación humanista
del individuo, son cuestionamientos que resul-
tan tristemente familiares actualmente.”
Cien años después de que el au-
tor de “El lobo estepario” la escribiera
“Bajo la rueda” sigue manteniendo
toda su vigencia. La novela desnuda
a un sistema educativo que no admite
fracasados y a un modelo social don-
de se buscan operarios eficientes que
engorden las cifras macroeconómicas
de un país, devastando a su paso la
formación humanista del individuo,
son cuestionamientos que resultan
tristemente familiares actualmente.
Una novela recomendable para to-
das las edades pero especialmente
útil para una generación de jóvenes
que está pagando las consecuencias
de un tipo de sociedad que con im-
púdicos valores arroja a sus hijos bajo
la rueda.
la artista está
presente
Marina Abramović (Belgrado 1946), artista del performance,
provocadora. En 2010 el museo MoMA de Nueva York le dedi-
có la gran retrospectiva de su obra. “El reconocimiento” rendía
tributo a una artista no siempre reconocida por crítica y público.
Durante la citada retrospectiva el director Matthew Akers rodó
un documental que se acaba de estrenar Marina Abramovich:
the artist is present, producido por HBO. En la pieza central de
la muestra la artista se sentaba inmóvil ante los visitantes del
museo, que soportaron interminables colas para experimentar
las más diversas sensaciones enfrente de Abramović. Algunos
sufren ataques de risa, otros lloran, algunos pasan indiferentes.
También aparece en el documental otra de sus performances
más descarnadas , aquella en la que se arroja una y otra vez
contra una pared con una violencia sobrecogedora.
La artista se lamenta de que despues de cuarenta años al-
gunos sigan pensando que debería ser encerrada en un mani-
comio, y que han tenido que llegar estos reconocimientos para
que se la tome en serio.
“Un artista no debe tener un compromiso
consigo mismo ni con el mercado”
FRAGMENTO
BAJO LA RUEDA
Había en el hombre algo de
salvaje, de indómito, de inculto,
que era necesario extirpar; una
llama peligrosa que era necesa-
rio apagar.
El hombre, tal como la Natu-
raleza lo creó es un ser oscuro,
impresionable y peligroso.
Un torrente desbordado que
brota de ignota montaña: un
bosque que no tiene trochas ni
claro alguno.
Un bosque así debe ser limpia-
mente desbrozado, necesita ser
limitado en su extensión, necesi-
ta caminos que lo surquen para
ser abierto a la comunicación
exterior.
"El Caído" de Wilhelm Lehmbruck (Alemania, 1881-1919)