Página 36 - Lalaguna-1

Versión de HTML Básico

36
Al igual que la protagonista de “Carta de una
desconocida” (la novela de Stefan Zweig llevada
al cine de manera magistral por Max Ophüls
en 1948), Vivian Mayer, también guardaba una
pasión que a casi nadie desveló.
Trabajó durante más de cuarenta años como
niñera, y según los que la conocieron sólo se lle-
vaba bien con los niños que cuidaba. Vivian nació
en Nueva York, de madre francesa su infancia
transcurrió entre Francia y Estados Unidos. Su pa-
dre las abandonó, motivo por el cual, madre e hija
se fueron a vivir con la fotógrafa surrealista Jeanne
J. Bertrand, que inculcó en la pequeña Vivian la
vocación por la fotografía que la compañó hasta el
fin de sus días.
Lo primero que pedía en la casa donde trabaja-
ra era un cuarto propio con cerradura, Vivian se
construyó un mundo casi clandestino, fotografia-
ba a hurtadillas a la gente, grababa el bullicio de
las calles y las filmaba en Super 8. Poco más se sabe
de su vida, el azar hizo que el mundo descubriese a
esta furtiva cazadora de imágenes. En 2007 en una
subasta en Chicago, John Maloof compró por 300
dólares el archivo fotográfico de Vivian, que se en-
contraba abandonado en uno de esos guardamuebles
donde los espíritus solitarios depositan sus escasas
pertenencias y sus recuerdos.
Allan Sekula crítico e historiador de fotografía des-
cubrió el material cuando Maloof revendió parte del
archivo, inmediatamente se puso en contacto con él
para evitar que el prodigioso legado (más de 100.000
negativos) se pudiera dispersar.
Niños de ojos enormes y caras sucias, las manos en-
trelazadas de dos enamorados, empedernidos perde-
dores, almas errantes en los suburbios de Nueva York
y Chicago, el incesante latir de la ciudad a través de
la mirada de una niñera que no se podía permitir ni
revelar sus fotografías.
Vivian Maier murió en 2009 a la edad de 83 años,
malvivía en el apartamento que tres de los niños que
había criado le pagaban por caridad.
En 2013 una muestra de 120 fotografías, comisaria-
da por Anne Morin se expondrá en Valladolid y varias
ciudades europeas.
Vivian se construyó un mundo casi clan-
destino, fotografiaba a hurtadillas a la
gente, grababa el bullicio de las calles y las
filmaba en Super 8.
El archivo fotográfico de Vivian se en-
contraba abandonado en uno de esos guar-
damuebles donde los espíritus solitarios
depositan sus escasas pertenencias y sus
recuerdos.